martes, 1 de octubre de 2013

Mammatus

Las últimas tormentas dejaron en la comarca de El Bierzo una imagen insólita. Coincidiendo con el atardecer, unas nubes muy particulares empezaron a formarse sobre Ponferrada y una luz especialmente cálida lo envolvió todo. Mammatus. Tetas por todas partes.


Nubes mammatus sobre Ponferrada. Agosto 2013.


Las nubes mammatus no son nubes en si mismas. Aparecen en distintos tipos de nubes como consecuencia de corrientes verticales descendentes: puntos donde el aire se encuentra saturado de agua y por tanto desciende por debajo de la "línea" de la nube.


Mammatus en Ponferrada en Agosto 2013.


Las nubes que más comunmente forman mammatus en sus partes bajas son los cumulonimbos, como fué el caso de Ponferrada: grandes nubes de tormenta con forma de yunque y altura superior a 15 o 20 km, aunque con su base bien cercana al suelo.

En este enlace van a explicarnos mucho mejor la formación de todo el fenómeno:
http://www.tiempo.com/ram/357/nubes-mammatus/

En este otro podemos ver otras imágenes de estas espectaculares formaciones:
http://tejiendoelmundo.wordpress.com/2009/11/23/las-nubes-mammatus-un-espectaculo-de-la-naturaleza/


lunes, 8 de julio de 2013

Cómo saber la edad de un tejo



Conocer la edad de un anciano tejo es algo más complicado de lo que puede parecer a simple vista, como podemos deducir por la variedad de cifras que circulan sobre algunos de nuestros árboles emblemáticos.

La dendrocronología es la ciencia que averigua la edad de los árboles en base a un estudio de sus anillos de crecimiento. Para conseguir pues la edad, debe darse una de estas dos situaciones: hemos cortado el árbol y podemos hacer un conteo directo de sus anillos (lo cual resulta inviable en viejos tejos) o bien lo hemos barrenado con una “barrena Pressler” y obtenido una muestra del interior de su tronco en la cual podemos contar dichos anillos. Este último procedimiento también está desaconsejado en el caso de los viejos tejos en particular y de los árboles monumentales en general por abrir una herida en el tronco que puede ser puerta de entrada a hongos u otras enfermedades de la especie.
Descartados pues estos dos métodos solo nos queda uno, el menos lesivo para el árbol: medir su perímetro y compararlo con mediciones ya realizadas de tejos de los que sí conocíamos la edad. Esto nos ofrecerá una idea aproximada de la edad que puede tener el árbol, aunque debemos tener en cuenta que no es una ciencia exacta y menos aún en el caso del tejo, por lo complejo de su crecimiento y los pocos datos que de él se tienen.

Teixo de Bermiego. Lugar totémico.

Antes de dar a conocer las gráficas que nos ayudarán a datar nuestro tejo, conviene revisar algunos de los problemas que podemos encontrarnos al trabajar con esta especie y que derivan de las particularidades de su crecimiento y desarrollo:

    • Fusión de troncos. Es bastante habitual en algunas tejedas y en ejemplares aislados de tejo en toda Europa que lo que comienza siendo un montón de troncos pequeños que brotan de una misma cepa vayan agrupándose más y más hasta terminar fusionándose dando lugar a lo que desde fuera parece un único gran tronco. En ocasiones este hecho puede ser detectado por lo reciente de la fusión, pero en tejos demasiado ancianos... ¿quién sabe si provienen de una fusión de troncos?.
    • Ahuecado y renacimiento. Más allá de las tres fases descritas por John White para la mayoría de los árboles: formativa, madura y senescente (White, 1994); algunos autores (Hindson, 2000; Hageneder, 2007) describen para el tejo un mecanismo vital basado en 7 fases, comenzando la cuarta de ellas con el ahuecado del tejo y continuando por el proceso según el cual el árbol emite raíces internas para, digiriéndose a sí mismo, terminar creando un nuevo tronco en el interior ahuecado del primero. De alguna manera el tejo “renace”, por lo que el asunto se vuelve complejísimo ya que en realidad nunca sabremos si lo que hoy estamos midiendo es un primer, segundo, etc nacimiento.
    • Estación. Es el elemento más influyente en el crecimiento en grosor de un tejo. En efecto, mediciones efectuadas en tejos silvestres frente a tejos de iglesias y jardines nos muestran como estos últimos crecen durante más tiempo a un ritmo superior. Así, tejos que alargan casi 60 años la fase juvenil de su crecimiento en un jardín, lo harán en sólo 30 si viven en el interior de un bosque sombreado (White, 1998), llegando antes a su fase madura y ralentizando por tanto su crecimiento.
      Además del suelo, factores como la iluminación, la humedad edáfica y sobre todo la temperatura primaveral influirán enormemente en el desarrollo en grosor del tejo.
      En este sentido, un estudio realizado en una tejeda silvestre del Cáucaso (Parsapajouh & al., 1986), donde se barrenaron varios tejos para conteo y estudio de sus anillos, y dónde se venía haciendo un seguimiento del clima en los años anteriores, concluyó que el tejo tiene épocas de mayor crecimiento en grosor relacionadas con la temperatura de los meses de febrero y marzo, y no con la pluviometría, que tiene más relación con el crecimiento en altura (Blanco & al. 2000). Esta conclusión reafirma la idea de que es más importante para el correcto desarrollo de un tejo una temperatura suave y sin heladas que una elevada pluviometría.

Con todas estas y otras muchas cuestiones de fondo, es posible estimar la edad aproximada de un tejo en base a su perímetro medido a 1,30 m del suelo, aunque las estimaciones varían según autores:

    • Blanco & al. (2000) redondea el crecimiento anual en perímetro de los tejos a 2,5 cm. De esta forma un tejo de 2,5 m de perímetro tendría entre 100 y 150 años, nuestro Tejo de San Cristóbal (con un perímetro de 4,80 m) arrojaría una edad aproximada de 1.200 años; mientras que los grandes tejos de Laciana con sus casi 6,70 m de perímetro habrían vivido durante los últimos 1.675 años.
    • Otros autores (Moir (2004); Hindson (2000); Tabbush (1997); Tabbush & White (1996)) ofrecen soluciones más complejas tratando de ser más precisos y presentan en una gráfica el perímetro enfrentado con la edad. De esta forma se obtienen curvas más o menos parecidas entre sí donde podríamos buscar la edad de nuestro tejo objetivo.
      Un ejemplo de este tipo de gráficas sería la presentada por Tabbush (1996), siguiendo la cual el tejo de San Cristóbal rondaría los 800 años y los grandes gigantes lacianiegos se acercarían a los 1.500.



Las últimas investigaciones se están llevando a cabo tratando de relacionar el conteo de anillos en ramas rotas del propio árbol con la tasa de crecimiento de ese árbol en concreto para así tratar de afinar aún más la estimación; aunque todavía tendremos que esperar unos años para conocer los resultados de dichos estudios.

Si en una cosa están de acuerdo todos estos autores es en afirmar que es imposible averiguar la edad exacta de un árbol siguiendo una ecuación matemática en relación con su grosor. Además, este tipo de modelos están pensados para funcionar con poblaciones más que con individuos independientes, pudiendo estos últimos desviarse mucho de la tendencia media. Valgan, no obstante, como referencia para satisfacer nuestra humana curiosidad.

Bibliografía: Cortés, Simón, Vasco, Fernando y Blanco, Emilio (2000). “El libro del tejo (Taxus baccata L.) - Un proyecto para su conservación”, Madrid, Edita Arba. // Hageneder, Fred (2007). “Yew, a history”. Phoenix Mill. Sutton Publishing Limited. // Hindson, Toby (2000). “The growth rate of yew trees: An empirically generated growth curve”. Alan Mitchell Lecture 2000, London, Convervation Foundation. // Moir, A. K. (1999). “The dendrochronological potential of modern yew (Taxus baccata) with special reference to yew from Hampton Court Palace, UK”. New Phytologist, 144: 479-88. // Tabbush, P. (1997). “Estimating the age of churchyard yews”, Proccedings from Veteran Trees: Habitat, Hazard or Heritage?”, Royal Agricultural Society of England and the Royal Forestry Society, March 1997. // Tabbush, P. and White, J. (1996). “Estimation of tree age in ancient yew woodland at Kingley Vale”, Quarterly Journal of Forestry, 90: 197-206. // White, John (1994) “Estimating the Age of large Trees in Britain”, Information note 250, Farnham, Surrey, Forestry Commision. // White, John (1998). “Estimating the Age of Large and Veteran Trees in Britain”. Information Note FCIN12, November 1998. Edinburgh, Forestry Commission; también disponible en www.forestry.gov.uk.

Roberto Núñez
robertonusan@gmail.com


jueves, 29 de noviembre de 2012

Boletus edulis

Cuando hay poco que decir vale más estar callado. Después de una temporada de busqueda interna, llevo tiempo queriendo volver al blog. La busqueda no se ha acabado, pero creo que nunca lo hará, así que vale más acostumbrarse.

Ese otoño de 2012 nos ha dejado algunas lluvias. Unas de esas tempranas y templadas, de las que vienen entre sol y sol mientras se apaga el verano, de las que nos engañan y nos hacen la llegada del invierno más cariñosa.

En un paseo matinal (el primero en mucho tiempo) por un alcornocal berciano aparecieron estos Boletus edulis tan unidos entre sí...



 Los boletales son un orden dentro del reino fungi caracterizado por tener (casi) todos un himenio tubular, que se nos presenta en forma de "esponja" en lugar de láminas de seta típica. Dentro de este orden hay un montón de especies, algunas comestibles, otras tóxicas, y las más sin valor culinario. El B. edulis se caracteriza, además de por su carne blanca inmutable, por ese margen más claro, casi blanquecino, que podemos ver al borde del sombrero.

Esta seta, aunque no es rara, está siendo objeto desde hace años de persecución por aquellos que buscan monedas en lugar de setas por el monte, y no es de extrañar que se resientan de ello sus poblaciones.

Recojamolos con cabeza:

- No "bebesetas". No debemos recoger setas cuando estas están todavía desarrollándose pues no habremos dejado tiempo a que maduren las esporas y estaremos por tanto inutilizando el esfuerzo reproductivo del hongo.

- No "abusetas". Tenemos que ser generosos con la naturaleza y dejar en el campo las setas que, de tan maduras que están, no son un buen bocado. A nosotros no nos costará renunciar a ellas y para su especie es un gran aporte de esporas el que va a darles esa abuela seta.

Feliz final de otoño, y ya sabeis, ¡a engordar que viene el frío!
Rober

miércoles, 26 de enero de 2011

Tejos en UK

Este mes de Enero he podido pasar unos días inolvidables en compañía de Xavi de Amigos del Tejo. El objetivo era claro: viajar al Reino Unido para conocer su realidad vegetal y practicar el idioma. Conocer algunos de sus ancianos tejos, y aprender de nuestros anfitriones locales. Relajarme, disfrutar... y sacar alguna foto. Aquí os dejo un pequeño apunte con algunas imágenes y momentos del viaje, espero que os guste.

Rober.


La primera visita tejuna es en Doveridge (Derbyshire), al que se le calculan unos 1600 años. El tejo está rodeado, a unos tres metros de altura, por una cadena que impide que el tronco se siga abriendo. No sabemos el tiempo que hace que se puso esa cadena, pero empieza a clavarse en la corteza del árbol.





Visitamos con Peter Thomas una NNR (National Natural Reserve... o algo así), se trata de "Gait Barrows", una joya geológica con paisajes modelados por la roca volcánica que podeis ver en las fotos. Además de ello, cuenta con una población silvestre de tejo verdaderamente admirable. Cientos, miles de tejos crecen aquí. Nos quedamos con la boca abierta.






Entramado de raíces en los tejos de la NNR "Roudsea Wood and Mosses", un bosque muy húmedo que crece cerca de la desembocadura de un río (en la zona de los Lagos de Cumbria, al Norte de Inglaterra). Tiene muchas lagunas en medio de los árboles, y también turberas. Además de los tejos encontramos tilos, robles y mucho fresno.




Nuestro primer anfitrión, Peter Thomas. Profesor de la universidad de Keele y conferenciante en las III Jornadas Internacionales del Tejo y las Tejedas (Ponferrada). Nos mostró, además de lugares magníficos, una hospitalidad inolvidable. Thank you very much, Peter & Jody, we spent an unforgettable time with you. In the photograph, Peter and the Acton Scott yew tree (Shropshire).




El tejo de Church Preen (Shropshire). Un cartel a sus pies nos indica que este árbol fué plantado en el año 457 d. C. Además, indican que es el árbol más viejo de Europa. Esto probablemente no sea cierto, pero aún así es positivo si ayuda a valorar y cuidar al árbol. Fijaos que altura... es realmente bonito!.





Puesta de sol en Kenley (Shropshire).




Tejo en la iglesia de Llywel, en Gales. Hemos podido conocer estos maravillosos tejos del país de Gales gracias a la hospitalidad y buena disposición de Fred Hageneder (http://www.goodreads.com/author/show/130732.Fred_Hageneder). Desde aquí, muchas gracias.




Llanelly's chuchyard. Wales. Un círculo de texus (unos 14 ejemplares) rodean la iglesia situada en la cima de esta colina, muy cerca del Brecon Beacons National Park.




Xavi y un servidor con nuestro anfitrión, Andy McGeeney, posando junto al tejo de Tandridge. Un verdadero dinosaurio. Gran fotógrafo y mejor persona. Thanks a lot for all your attentions, Mr McGeeney!!





Con Andy y Xavi, en el impresionante tejo de Crowhurst (Surrey), uno de los seres vivos más potentes que he conocido.





Cuatro imágenes tomadas en el Druids Grove, un bonito bosque con tejos monumentales en Norbury Park (Surrey), al estilo del genial Andy McGeeney:










En esta foto, junto al tejo de Ankerwyke, situado en unas antiguas islas del río Támesis, muy cerca de Londres. Se dice que bajo este tejo se reunió el rey de Inglaterra a principios del s. XIII con los barones (que habían iniciado una revuelta) y firmó una serie de "derechos fundamentales" del ciudadano para aplacarles. La "Carta Magna", el primer manuscrito que recoge ciertos derechos para el pueblo...




Imágenes del bosque de Newlands Corner: se puede apreciar como el tejo crece dentro del bosque en pequeños grupetes, a modo de "familias" o "bosquetes" que van agrandándose con el paso del tiempo. Podemos comprobar como debajo del tejo, nada crece.





Dos detalles del alucinante color rojo de las cortezas de tejo en Newlands Corner:





Para despedirme, esta puesta de sol sobre el tejo y la iglesia de Bettws Newydd (Gales). Sin duda, un país mágico... y lo poco que queda de bosque nos lo recuerda. Es una lástima la ingente cantidad de personas que viven en un sitio tan reducido. El regusto que me queda después de la visita es el de un lugar muy homogéneo (aunque hay diferencias en el Norte, o en Gales... pero no grandes diferencias, como las que encontramos entre el Sur y el Norte de España). Es un clima húmedo y potente, que puede hacer crecer y mucho a los árboles, pero que no alberga una gran diversidad biológica. (Ahí el mediterráneo es mucho mediterráneo).

De todas maneras, alberga lugares mágicos que me obligan a recomendar una visita, aunque solo fuese a uno cualquiera de los muchos árboles que vimos.



Rober.

domingo, 3 de octubre de 2010

"Canto a mí mismo", Walt Whitman.


Walt Whitman (1819 - 1892)


"Canto a mi mismo". Primer capítulo.

Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.

Vago... e invito a vagar a mi alma,
vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacie-
ron aquí, de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que
nacieron aqui,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos
también.

Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que me muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es su misión y no lo olvidaré;
que nadie lo olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien
que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de par en par las puertas a la energía
original de la naturaleza desenfrenada.



Arroyo en Burbia junto al Acebalín. Mayo 2010.


Tantas veces había oído hablar de Whitman y de la fuerza de sus textos y del amor que sentía por la naturaleza y por la tierra, que alguna vez tenía que ser que lo disfrutara. Un libro para leer bajo un buen árbol, y meditar.

Rober